viernes, 31 de octubre de 2008

Toma de posesión junio 2008


1- Agradecimientos y Presentación.
En primer lugar quiero dar las gracias a todas las
personas que estáis hoy aquí escuchándome, a las que me
han propuesto para realizar esta tarea y a las que han
apoyado mi candidatura. Resultó muy emocionante
escuchar las palabras de felicitación y apoyo de los
portavoces de los tres partidos representados en el
Ayuntamiento, y la lectura de los votos afirmativos.
Muchísimas gracias a todos.

Como muchos de los habitantes de Alcorcón mayores
de 50 años, soy inmigrante, nací en un pueblo de Toledo. Les
voy a confesar que mis primeras palabras al referirme a
Alcorcón fueron éstas: “¡No compréis el piso en Alcorcón, por
favor!”. Se las dije a mis padres hace unos 35 años, cuando
decidieron venir para acá. Alcorcón, Alcorcón… a mí el
nombre de Alcorcón no me hablaba ni de alfarería, ni de
óxido de cobre, ni de pequeño altozano; lo único que había
oído de Alcorcón era que las calles estaban llenas de barro,
que no había nada de nada y que los autobuses tardaban
una barbaridad en llegar a Madrid.
Efectivamente, había mucho barro en las calles,
prácticamente no había colegios públicos ni institutos, (si
querías estudiar pagabas o te ibas a Madrid). Había un cine,
el de “Valderas”, al que para llegar teníamos que atravesar
todo el barrizal de “Parque Lisboa” en obras. Había una
piscina, “Torremolinos”, donde se realizaban actuaciones,
bailes e incluso corridas de toros. Yo no recuerdo que hubiera
ninguna discoteca, íbamos a una del Alto de Extremadura,
cerca del Ambulatorio de la Seguridad Social al que, por
supuesto, también teníamos que ir los alcorconeros para
hacer un simple análisis de sangre. En fin que para casi todo
había que desplazarse a Madrid, y en unos autobuses que
iban atiborrados de gente y que no llegaban nunca. Del
humo y del olor a basura quemada las tardes estivales, mejor
no hablar. Quienes estaban aquí en aquella época, seguro
que lo recuerdan.

2– Otros recuerdos de aquel Alcorcón.
Pero había otras muchas cosas en Alcorcón. De aquella
época recuerdo con cariño: ir a la lechería de la Calle Mayor;
comprar y devolver los cascos en la vieja bodega de la
actual Plaza de las Fraguas; las noches de verano en el “Cine
Pachón” con el bocadillo y la rebeca; ir de merienda los
domingos en bicicleta hasta la ermita de Polvoranca,
atravesar las huertas y sembrados de Prado de Santo
Domingo empapándonos con los aspersores de riego;
comprar la tierra, los tiestos y los botijos en la calle Alfares,
quedarme extasiada mirando las manos de Pascual el
alfarero, y por supuesto añoro la entrañable convivencia con
mis hermanos, las intensas conversaciones con los amigos y
los animados debates con los compañeros de la Asociación.
Alcorcón en aquellos años crecía muy rápido y de forma
desordenada, primero los pisos y mucho más tarde los
servicios, por eso tardamos un tiempo en considerar que este
municipio era algo más que una ciudad dormitorio.
Alcorcón se ha ido desarrollando en todos los ámbitos.
Una ciudad la hacen las personas que la habitan y yo creo
que en ésta siempre ha habido muy buena gente, por eso se
ha convertido en lo que es hoy, una gran ciudad, llena de
vida, mucho mejor comunicada y dotada de recursos para
desarrollar todos los aspectos: educativos, culturales,
sanitarios, deportivos, lúdicos, etc. Ya no es necesario ir a
Madrid. Alcorcón es una ciudad para vivir, porque sus
gobernantes y sus habitantes así lo hemos querido.
Considero que la creación de la figura de “Defensor del
Ciudadano” se enmarca en esta idea de crecimiento unido a
progreso, transparencia y servicio a la ciudadanía.

3- Mi tarea como Defensora.
Ante la propuesta inicial, mi primer impulso fue decir que
no podía aceptar. Por un lado pensé que había otras
personas que lo podrían hacer perfectamente y que lo
merecían más que yo; por otro lado estaba el tiempo que
tendré que dedicar a esta labor, compatibilizarlo con mi
trabajo en la Escuela Municipal de Adultos y con el que
dedico a mi familia. También sabía que tenía que ser
aceptada por asociaciones, juntas de distrito y por los
concejales, puesto que se iba a abrir un proceso de
consultas. Me produjo una gran satisfacción que me eligieran
y finalmente acepté ilusionada.
Mi tarea consistirá en:
1. Defender los derechos de la ciudadanía, solventar
cualquier situación de indefensión que se produzca
frente a la Administración Municipal.
2. Mediar en la resolución de los conflictos de los/as
ciudadanos/as con cualquier departamento municipal.
3. Atender sus reclamaciones o quejas, demandando de
las autoridades medidas para solventarlas.
4. Recoger inquietudes, sugerencias, iniciativas y
propuestas que tengan como finalidad mejorar el
funcionamiento de las instituciones, la convivencia y
cualquier aspecto de la vida ciudadana.
5. Poner dichas propuestas en conocimiento de las
autoridades y departamentos correspondientes y entre
todos ver el modo de llevarlas a cabo gestionando su
realización.
6. Finalmente actuaré de oficio cuando lo considere
conveniente, aportando ideas y propuestas que
favorezcan la mejora de cualquier aspecto de la
ciudad de Alcorcón.

4- Declaración de principios.
Para terminar quiero declarar que voy a realizar esta
tarea con total libertad e independencia, sin
condicionamientos personales ni políticos.
Se trata de un cargo sin remuneración, que supondrá un
trabajo adicional al que ya desempeño. En este sentido no
quiero ser una figura testimonial, ni tampoco me gustaría ser
utilizada como imagen de ningún partido político, ni gobierno
municipal.
Mi único interés al aceptarlo es que mi trabajo sea eficaz
y útil a los ciudadanos, aunque esto suponga conflictos con
los responsables de la gestión municipal. Espero también
disponer de los recursos necesarios para llevarlo a cabo
óptimamente.
Podéis tener claro que si observo que mi labor no es
efectiva, no resuelve nada, o no se dan las condiciones
citadas anteriormente, dejaré de ser defensora.
También quiero que sepáis que emprendo esta tarea
con entusiasmo y optimismo. Tengo muchos proyectos y
confío en las autoridades para llevarlos a cabo puesto que
tenemos un objetivo común: el servicio a los ciudadanos.
Me atrevo a pedir la colaboración de todos, y os invito a
comunicarme los temas, relacionados con la ciudad, que os
preocupen, pues para resolver cualquier carencia o conflicto
lo primero que se requiere es conocerlo. Extiendo esta
invitación a asociaciones y juntas de distrito, porque supongo
que tendrán mucho que proponer.
Espero no defraudaros. En cualquier caso, siempre estaré
abierta a las críticas y propuestas que tiendan a mejorar la
efectividad de mis decisiones y de mi trabajo.
Muchísimas gracias.